Poco a poco vamos conociendo nuestros propios límites. Ya que nadie
puede nombrártelos ni pisar estos mismos. Día tras día vas moviendo esa
línea y haciéndote fuerte sobre ellos. Más de un día, perderás el
control de ellos y los sobrepasarás sin fronteras, encontrarás a ese
alguien que te haga perder el Norte sin limitaciones. Porque si ya has
aprendido que si vas conociendo tus fronteras y disfrutando de pasar un
pie por encima de ellas de vez en cuando, amigo mío, tú sí que sabes
vivir.
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