lunes, 16 de enero de 2012

y comernos el mundo, vaya ilusos

Tenemos esa manía de soñar despiertos. De trasladarnos a otro mundo, de poder huír de los problemas, de sonreír sin razón alguna. Ese poder de la imaginación que nos lleva allí a donde queremos y sólo y exclusivamente nostros conocemos.
No hay nada como escapar, y dejarlo todo atrás por momentos. Tener lo que jamás tuvimos, sentir lo que hacía demasiado que ni recordábamos. Poder soltar una carcajada a solas, y que nadie se pregunte el por qué, que nadie se extrañe de lo feliz que eres en tu mente.
Pero, quieras o no, esos momentos se esfuman. Debes permanecer en la realidad, ya que tienes que abrir los ojos a tiempo, antes de que tus fantasías sean tu único mundo.

 










Atrévete a ser feliz... y verás lo difícil que es ir en contra de la realidad

Felicidad en estado puro, bruto, natural, volcánico, que gozada, era lo mejor del mundo... Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, chutes, porros, hachís, rayas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, lsd ,éxtasis... Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, que una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas... Mejor que la nocilla y los batidos de plátano... Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del Milenio... Mejor que los andares de Ally Mcbeal, Marilyn, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y el lunar de Cindy Crawford... Mejor que la cara B de Abbey Road, los solos de Hendrix. Mejor que el pequeño paso de Neil Amstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papa Noel, la fortuna de Bill Gates, los trances del Dalai Lama, las experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágeno de los labios de Pamela Anderson, mejor que Woodstock y sus fiestas mas orgásmicas...mejor que los excesos del Marqués de Sade, Arthur Rimbaud, Morrison y Castaneda... Mejor que la libertad... Mejor que la vida.